Por Diana Carolina Alfonso
Andando por el Caribe me enteré que era caribeña. En Colombia, desde que nacemos nos formatean con una división regional exacerbada por los conflictos de los terratenientes. En esa visión de país, la andinidad se presenta contrapuesta al Caribe y la Zona Cafetera. Los pueblos llaneros de un lado se presumen antitéticos a lxs llanerxs de Venezuela. Etc.
La cuestión es que recursos como el frijol, el arroz, ciertas frituras, algunos tambores, música como Jaguares/Caifanes, la salsa, unos cuantos merengues, la utilización hiperbólica del lenguaje, el uso de más palabras en la comunicación, y lo más importante, las formas de transitar los conflictos, hacen de nosotrxs una Gran Región. Podés encontrar unx par cultural en Cuba, Dominicana y hasta en Haití.
Seguir con la mamarrachada regionalista de los grandes gamonales que destruyeron a Bolívar, y fragmentaron como cristal roto el mapa político de Colombia, hoy nos acerca más al sueño de Santander. Y no lo vale. Si la gratitud del sistema paramilitar abraza la parcelación regional del país, y seguimos permitiendo el secuestro histórico de la figura de Bolívar en manos de los conservadores, algo mal estamos haciendo.
En tanto los grandes poderes agitan la competencia local y la baja autoestima nacional, los paramilitares de la Costa, los Andes y la Zona Cafetera se sientan a planificar la Nación. Mientras tanto un hincha del América corre infructuosamente para salvar su vida, y a nivel nacional no terminamos de asumir que cuatro millones de personas huyeron en los últimos años para salvarse de otras caras de la muerte, infundada, recreada, y casi convertida en una estructura de sentido; una estructura pactada por los potentados regionales desde hace más de docientos años.
Bajar ese lastre implica bajarle diez cambios a la mística mortuoria, los ataúdes, la poesía amarillista sobre destripadxs, y pasar a la construcción de una tierra solidaria, ampliamente latinoamericanista, orgullosa de su historia y aferrada a la lucha por la vida.
EL SUELO POR ASALTO 